El Calvados es un aguardiente obtenido por la destilación de sidra y se elabora únicamente en la región de Normandía, en el noroeste de Francia, a partir de manzanas, principalmente, y de peras locales.
Todo empezó sobre el siglo XIII, cuando llegan al territorio las primeras semillas de sidra provenientes del País Vasco español, lo cual enriqueció y aumentó la producción agrícola de la zona. Con el tiempo la sidra llegó a ser incluso más consumida que la cerveza, y se convirtió en la bebida más común en Normandía. Ahora que la sidra era tan popular, sólo era cuestión de tiempo de ir un paso más allá. Así fue como apareció la idea de destilar, también como método de conservación o, como diría un alquimista, de “extracción del alma del fruto”.
El nacimiento del Calvados propiamente dicho se remonta al 28 de Marzo de 1553, cuando se produjo el primer escrito oficial relatando la destilación de la sidra con el objetivo de obtener un “eau-de-vie”, agua de vida. En 1606, se consigue un acuerdo real que reglamenta la profesión de destilar este “eau-de-vie”. A pesar de esto, no llega a nombrarse como Calvados hasta el siglo XIX.
Su nombre se debe al del poblado situado en la Baja Normandía, pero (como dato curioso) se cree que deriva de la palabra “salvados”, a causa de un barco de la armada invencible de Felipe II con ese nombre, que encalló en las costas de Normandía.
El 23 de Febrero de 1942 se reconocen los tipos de Calvados que hay actualmente, y el 31 de Diciembre de 1997, aparece la Appellation d’Origine Contrólée “Calvados Domfrontais”.