El término kosher procede del hebreo y significa apto. Esta denominación hace referencia al vino cuya elaboración debe cumplir una normas estrictas bajo la supervisión de una autoridad religiosa judía o, en su defecto, personas expertas de esta región. Y siempre manipulado por personas cualificadas de religión judía.
Eso no implica que el vino sepa diferente, de hecho, es imposible diferenciar un vino kosher en cata ciega de otro que no lo es. Y como ocurre con todos los vinos, su calidad dende de dos factores principales, el viñedo y la técnica de elaboración.
Es interesante señalar que un vino kosher puede proceder de cualquier viñedo del mundo y que no todos los vinos elaborados en Israel son kosher. Además, cualquier varietal está permitido siendo deseable el uso de uvas autóctonas.
Para poder comercializar un vino kosher se requiere el hechsher, es decir, el sello de aprobación de por parte de un organismo supervisor kosher, una organización como la OU (Unión Ortodoxa) o una autoridad rabínica, como un decisor de la ley judía.